Cuando se conocieron hace 17 años parecían condenados al tópico de la chica guapa y el ‘latin lover’. Pero han dinamitado ese y muchos otros lugares comunes. Hoy ella, después de un largo retiro, vuelve con dos filmes independientes; y a él, Pedro Almodóvar lo transforma en un pulcro psicópata en ‘La piel que habito’. Antonio Banderas y Melanie Griffith cuentan por primera vez cómo han sobrevivido a crisis de pareja, adicciones y egos.
Sentado en un sofá de cuero de su casa de Marbella, con una camiseta de algodón y un vaquero desgastado, barba de varios días por exigencias de su próximo rodaje, y muy bronceado, habla, como siempre, por los codos. Con esa gracia del contador de historias andaluz mezclada con la sofisticación del showman americano. Y fuma, fuma sin parar cigarrillos American Spirit, “el único vicio que me queda, y me lo tengo que quitar”. El 10 de agosto cumple 51 años y le parece mentira. “Pero la verdad es que llevo la edad de puta madre. Me encuentro físicamente mejor que a los 20”.
"Nunca he visto a Melanie borracha. Lleva doce años sin beber una copa" (Antonio)
"Yo quiero a Antonio. A veces le odio. Pero cuando le odio también le quiero" (Melanie)
"No doy consejos a Penélope y Javier. Cada uno que apache con lo que hace" (Antonio)
Desde mañana, 18 de agosto, a la venta el número de septiembre de Vanity Fair
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